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Formación empresarial en comunidades: ¿es posible?


Las organizaciones sin fines de lucro o comunitarias se enfrentan al fenómeno de la pobreza que aumenta cada vez más en Puerto Rico. Según la Dra. Linda Colón, para el 2008 el 45.5% de la población de la isla estaba bajo el nivel de pobreza. De estas, el 32% estaba adscritas al Programa de Asistencia Nutricional (PAN). No olvidemos que en el 2008 se recrudeció la crisis económica del país.


Frente a esta realidad el sector sin fines de lucro y comunitario organizado debe plantearse cómo está enfrentando esta realidad. En otros países, incluyendo Estados Unidos, se cuestiona si algunas organizaciones sin fines de lucro están en contra de la pobreza o viven de los pobres. Es un pregunta ética que nos plantea cómo estamos atacando la pobreza y cómo estamos cambiando el rostro de la pobreza con nuestras estrategias y programas.


Hoy más que nunca necesitamos revisar lo que hacemos y cómo lo hacemos. Ahora no se trata solamente de ver si le damos a un ser humano un pez o le enseñamos a pescar. También hay que ver si rio arriba no hay contaminación que ponga en riesgo la pesca o efectivamente dañe la pesca de quien se le enseñó a pescar. En otras palabras, estamos en tiempos en donde sólo enseñarle a pescar no es suficiente para cambiar la situación de pobreza.


Frente a esta realidad hay organizaciones sin fines de lucro y comunitarias que han optado por el desarrollo económico comunitario (DEC) como estrategia contra la pobreza. Ya no solamente diseñan estrategias contra la deserción escolar, el maltrato de niños/as, la violencia machista, el analfabetismo y otras muchas acciones que históricamente han realizado las organizaciones.


Las estrategias de desarrollo económico comunitario (DEC) que algunas organizaciones sin fines de lucro y comunitarias están trabajando contra la pobreza son múltiples y variadas. Hay quienes están desarrollando estrategias relacionadas a la vivienda de interés social, las que facilitan el acceso a fuentes de empleo (que hoy las opciones con muy limitadas) y las que diseñan procesos de desarrollo de la autogestión empresarial.


¿Es posible la formación empresarial a nivel comunitario? ¿Es posible que desarrollemos una nueva cultura autogestionaria desde las comunidades? Ciertamente no sólo se puede, sino que se está haciendo.


En Puerto Rico existen organizaciones que han desarrollado procesos de Incubación de MicroEmpresas Comunitarias (iMEC) y de empresarismo. Con múltiples estrategias y formas de implantar la incubación de microempresas vienen desarrollando una nueva cultura empresarial.


Estas organizaciones están “inyectando un virus” que se riega con rapidez en cientos de personas de escasos recursos, desempleados/as, jóvenes, mujeres y hasta niños/as. Este virus, que el gurú del empresarismo brasileño Fernando Dolabela le llama el “virus del emprendedor”, es dispersado por las incubadoras de microempresas comunitarias, el diálogo de autogestión y otras organizaciones.


Este proyecto de transformación se está haciendo desde abajo y con recursos limitados. No cuenta con el apoyo de las agencias que tienen que ver con asuntos económicos ni de negocios.


Por supuesto, se trata de un nuevo paradigma de empresarismo y de incubación no tradicional de negocios. Se centra en la persona humana como gestor/a y actor principal de su desarrollo y desde la perspectiva de un modelo integral que humaniza la economía y la forma de hacer negocios.


Ciertamente el modelo económico agotado ya no genera las condiciones mínimas que garanticen a las mayorías un nivel de calidad de vida. Ahora hay que construir un nuevo modelo que nos inserte en el desarrollo sustentable y en una economía solidaria. Urge insertarnos en procesos de autogestión empresarial que nos lleve hacia otra realidad socio-económica que derrote la pobreza. Esa tarea es posible y se está haciendo desde algunas organizaciones sin fines de lucro. ¿Es la de usted una de ellas?


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